domingo, 22 de agosto de 2010

Se fuga un "hasta nunca" del bolsillo.

Que con suerte me olvide de todo,
que sin verte, la fuerza imposible
que divierte mis ansias de toro
se haga inherte y poco factible.

Que las horas que paso despierto,
ellas solas, no sean sollozos,
que sean olas en un mar abierto
o pistolas que arreglan destrozos.

Que yo vivo deseando quererte,
que te digo que quiero ocultarte
que al abrigo de mi inútil mente
sigue vivo el horror de dejarte.

¡Qué agonía tenerte tan lejos!
¡Qué ironía! ¿Quién lo iba a decir?
¡Qué utopía, los tiempos añejos...
ya sabía; toca arrepentir.

Qué mal día que duraba meses,
yo ya hacía horror por no verte.
Yo reía, llorabas las veces
que creías que no iba a quererte.

Que lo siento y te pido perdón,
que no miento y ahora lo entiendo.
Ese cuento adquiere razón
y el sarmiento se queda ardiendo.

Conde de Montecristo, quién te ve y quién te ha visto.

Siento las vías cerradas,
ponen contra mí empeño
esas tres asociadas:
vida, novela y sueño.

Atento a ese mensaje
y con mi buena fé
yendo sin equipaje
joder si la cagué...

Una gorda animaba,
distinguía su risa,
yo alegría procuraba...
¡Qué ilusión tía Felisa!

Dientes y a quedar bien.
Por no joder la casa
me dí un tiro en la sien,
y la "rusa", en la masa.

Sálvame de ésta, hermano
que la tragan las aguas.
Aquí omite mi mano
la rimada de enaguas.

Regalando un "te quiero"
y tan lejos del monte...
Mientras, y sin dinero
yo acompaño a Laoconte.

Esconde lo que quieres
y lo que no, aún más.
Así solo me hieres
cuando creo que no estás.

Esedesubir.-

lunes, 9 de agosto de 2010

A Séneca.

No desiertes de la vida
hoy, amigo que se ofusca.
No hay peor remordimiento
que verse al nacer ya muerto
ni causa peor perdida
que quien en vida, vivir ya no busca.

La vivencia amanecida
se suicida en peña abrupta.
No va antes fallecimiento
que la pérdida del cuerpo.
En la sangre siempre anida
la pena hundida, el alma corrupta.

Esedesubir.-