sábado, 18 de junio de 2011

Pensamiento I

El vivir en la ignorancia no te hace feliz. Sin embargo, consigue que la tristeza no te alcance. Cabe distinguir entre dos tristezas; la que nace de la ignorancia y la de la certera; que es inevitable. La primera es la indiferencia ante un acontecimiento; ese acontecimiento lleva intrínseco una verdad, pero la puerta para acceder a ella está cerrada por la llave apodada "indiferencia". Cuando traspasas esa puerta, es imposible quedarte en el conocimiento, pues la verdad te invade; quieras o no, ella te ve a tí y se hace notar, se convierte en certeza.

Entonces distingues entre mente, cuerpo y apariencia. Debes evitar que el cuerpo se convierta en mente, para guardar la apariencia. Sin embargo, el cuerpo controla a la apariencia, pero no a la mente, que es indomable.

Como escribiría Paul Auster: "Primer pensamiento sobre la tristeza y cómo combatirla, le seguirán otros más adelante." Solo que ni van a seguirle, ni soy Paul Auster, ni soy nadie.