domingo, 2 de enero de 2011

A medio verde y medio azul.


No pienses, -dijo el gato
que ya se creía un lince-
No jodas, -dijo el macho-
no nos para ni el pibe.

No mientas, -dijo el tonto-
que lo estabas deseando,
vuelve a quitarte el gorro
y a alejar los zapatos.

No siéntome un idiota
ni es esto un rocanrol;
el oro ni se nota,
"¡Má, si seré ababol!".

No quiero imaginar
el no querer, ni quiero
tampoco controlar,
¡Osma, que lo deseo!

No haré la fantasmada
de creerme el más infausto,
dejo de ver ahorcadas
donde solo hay aplausos.

No me importa la cifra
¿Por qué habría de importar?
Algo bueno que anima
siempre te ha de ayudar.

No ayudar, simplemente;
colaborar, ¿verdad?
Se levanta mi suerte;
grita "¡Felicidad!".